Ya hace mucho tiempo que no escribo sobre ti.
Hoy he mirado por esa ventana
que siempre mantengo abierta
y que da a tu patio,
a nuestro patio.
Sigue guardando cosas, escenas y momentos
casi oxidados.
Este es el único lugar de mi mente
que mantengo intacto,
a pesar del olor a pasado,
a pesar de que las imágenes ya no se corresponden con la realidad.
Es el único lugar
donde seguimos igual que hace trece años.
Nada ha cambiado:
ni siquiera tu peinado,
ni nuestras sonrisas,
que aún no se habían roto.
Al contrario de lo que pueda parecer,
nunca vuelvo aquí por pena.
Guardo este recuerdo, este momento, este lugar,
protegido de todo,
incluso de nosotros.
Y cuando, por alguna extraña razón,
la lluvia, el olor a mojado
o una sensación de déjà vu me invade,
vuelvo aquí.
Seguimos en la playa,
los dos,
mirándonos,
sin que pase el tiempo.
0 comentarios